El tipo sanguíneo B puede metabolizar la proteína animal muy eficientemente, pero
hay ciertas limitantes inesperadas que requieren una planeación cuidadosa en la
dieta. El pollo, una de las comidas más populares, no le cae bien al tipo sanguíneo B
por la lectina contenida en los órganos y la carne. El pavo no contiene esta lectina y
es un excelente substituto para el pollo. Los cortes magros de cordero y borrego
deberían ser parte de tu dieta. Los no-secretores del tipo B requiere una mayor
ingesta semanal de carne y pollo. Escoja solo la carne y el pavo de mejor calidad,
libre de antibióticos, químicos y pesticidas.