Hay diversos factores que influyen en el dolor de mandíbula, sobre todo cuando este es crónico. El estrés es uno de los más frecuentes y de manera muy habitual aparece asociado al bruxismo, el hábito de rechinar los dientes, sobre todo por las noches. Esta patología no solo causa continuas molestias al paciente, desde dolor de mandíbula a cuello y cabeza, sino que también puede llegar a causar un grave desgaste en el esmalte de los dientes, y que sea necesaria una reconstrucción con fundas dentales o carillas.
Un dolor en la mandíbula puede deberse a otras muchas causas, desde una fractura ósea a un absceso en una muela infectada, pero en esos casos el dolor es síntoma de una patología distinta y fácilmente identificable; no el problema en sí mismo.
Cuando no existe ninguno de estos problemas, el dolor en la mandíbula suele ser síntoma de una patología en la articulación temporomandibular. La articulación temporomandibular es la articulación que, a modo de doble bisagra a ambos lados de la cara, conecta la mandíbula con el cráneo y permite que movamos la boca de arriba a abajo y hacia los lados cuando masticamos o hablamos.
Cuando esta articulación no funciona correctamente, además de en la articulación propiamente dicha, el enfermo experimenta dolores de cabeza, en el cuello y la espalda. En muchas ocasiones, estas dolencias se confunden problemas crónicos de migrañas o de dolor en las cervicales. Sabiendo estos aspectos cuanto en el programa de “Healy Estimulación de la App Azul” nos recomienda el programa III se puede referir a una lesión en esta zona que esté generando un dolor referido a otra parte del cuerpo, por ello siempre que el programa “Healy Estimulación” refiera el número III romano, el usuario deberá considerar si las dolencias que el enfermo refiera tienen una relación con esta condición dolor maxilofacial.