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A personas que creen en la mala suerte. A quienes han sufrido una adversidad difícil de aceptar. A quienes culpan a otros de su desgracia. A los que se quejan de todo, ven todo negro, feo, desagradable, piensan que la gente les tiene rabia, les hacen la vida imposible. Personas a quienes les molesta el triunfo de otros. Siembran cizaña, mantienen cólera retenida y rabia silenciosa. A pacientes que se quejan de otros terapeutas y agrandan sus padecimientos, además dicen que no han mejorado nada. Hablan mal de todo: del gobierno, dirigentes, etc. A personas que envidian la suerte de otro. A jóvenes que quieren obtener todo sin esfuerzos. A suegras que critican solapadamente a su nuera. A personas que van de médico en médico y ninguno les complace.