Durante el estado de reposo la sangre se destina a aquellos órganos más activos, como los riñones, el hígado y los músculos esqueléticos. Durante la rutina de ejercicio físico el flujo de sangre se redistribuye a lo largo del organismo de una manera muy distinta a las situaciones de reposo. Lo primero que ocurre es un rápido aumento de la velocidad de la sangre y por tanto del flujo sanguíneo.
Durante el ejercicio físico la sangre se dirigirá por lo tanto hacia los músculos esqueléticos implicados en el movimiento con la intención de aportar una mayor cantidad de oxígeno y sustratos energéticos asi como las hormonas producidas durante el ejercicio.
En un estado de reposo en torno un 20% de la sangre total del organismo se mantiene en la masa muscular, llegando a acumular un 85% del total en estado de actividad intensa. La cantidad plasma sanguíneo que el organismo destinará a los músculos activos variará en función de la masa muscular implicada y la intensidad del ejercicio.
El corazón mantiene un volumen de plasma muy similar en estados de actividad, reduciéndose en algunos casos en un 1% en ejercicios de alta intensidad. Esto es algo lógico, ya que es el motor de la circulación, por lo que el riego sanguíneo al miocardio deberá mantenerse en los mismos niveles.
El cerebro es un órgano que pierde una gran cantidad de sangre, lo cual es importante en deportes cíclicos, especialmente en aquellos de larga duración y de intensidad elevada, ya que se debe mantener la concentración durante tiempos prolongados. Por otra parte, los riñones pasan de un aporte total del 20% a valores cercanos a un 1% en esfuerzos muy intensos. Esto ocurre con la intención de que el organismo retenga la mayor cantidad de sustratos posibles.
Otro punto importante es el sistema digestivo, el cual pasa de un 20% de la sangre total a un 4-5%.
El sistema digestivo es el sitio ideal para obtener sangre que se dirigirá hacia el tejido muscular. Debemos tener este sistema en mente a la hora de planificar la toma de alimentos en aquellos deportes de larga duración, ya que puede producir inconvenientes durante la prueba, ya que aparecerá una competencia entre la musculatura implicada y el sistema digestivo por la sangre disponible.
Por último, se debe resaltar la función del bazo, el cual contiene una cantidad aproximada de 50 ml de glóbulos rojos concentrados, por lo que durante el ejercicio físico estos se liberan al torrente sanguíneo con el fin de transportar una mayor cantidad de oxígeno hacia los músculos.
Estas variaciones del flujo sanguíneo durante del ejercicio físico puede ser armonizado con mayor efectivada usando las frecuencias del programa “Circulación” para optimizar distribución de la sangre en el organismo. Incluso este programa puede utilizarse cuando requerimos de mejorar la circulación aun en actividades de reposo porque existe alguna condición de deficiencia circulatoria previa.
