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SUEÑO EQUILIBRADO
Nuestro sueño pasas por diferentes fases del sueño en las que tienen lugar distintos procesos. Durante las horas de sueño, múltiples procesos nos preparan para que, al día siguiente, afrontemos el día con energía; nuestro cuerpo realiza procesos regenerativos del músculo y procesos hormonales. Aquí radica la base, el sueño es una necesidad básica para el correcto funcionamiento del cuerpo. No es suficiente con dormir, sino que hay que dormir bien para que el sueño sea completamente reparador. El sueño es cíclico y se divide en cinco fases de aproximadamente 90 minutos cada una de ellas. Estas, se repiten durante las ocho horas que según especialistas se recomiendan dormir. -Fase I o etapa de adormecimiento Se trata de una etapa de transición hacia el sueño profundo. Es un sueño ligero, por lo que en esta fase son frecuentes los desvelos. Por un lado, los ojos se mueven lentamente, se te van cerrando lentamente hasta caer en el descanso. Por otro lado, la actividad muscular disminuye, es decir, se pueden experimentar “alucinaciones”. -Fase II o etapa de sueño ligero Esta etapa ocupa, en la mayoría de casos, el 50% de los ciclos del sueño. Nuestro cuerpo desconecta lentamente del entorno en el que se encuentra. El sueño se hace más profundo y disminuye la actividad muscular: la respiración y el ritmo cardiaco se ralentiza. Se produce el conocido fenómeno “soñar que caemos” por un precipicio. -Fase III o etapa de transición Etapa corta, dura entre dos o tres minutos, en la que realmente nos acercamos al sueño profundo. Se produce un mayor aislamiento sensorial, se reduce el ritmo respiratorio, así como la tensión arterial. Es en esta fase cuando aparecen los trastornos del sueño: los terrores nocturnos y el sonambulismo. -Fase IV, etapa de sueño profundo o sueño Delta Esta etapa ocupa, aproximadamente, un 20% del total del ciclo del sueño. En esta etapa se determina la calidad de nuestro descanso. La actividad cerebral es más lenta y la muscular, está limitada. En esta etapa, la calidad del sueño es determinante para la recuperación física y mental. Aún no se experimentan sueños entendidos como “historias” pero, sí formas, colores o luces. -Fase de sueño REM o etapa de sueño paradójico Esta etapa ocupa entre quince y treinta minutos, lo que se traduce en un 25% del ciclo del sueño. Ahora sí, en esta etapa soñamos y captamos la información de nuestro entorno, es decir, la del exterior. En esta etapa predomina la actividad cerebral. Esta, es prácticamente igual que cuando estamos despiertos a pesar de que los músculos están bloqueados. Un ejemplo sería como cuando queremos gritar en mitad de un sueño pero, no podemos. Como dato, la denominación “REM” (rapid eye movement) se debe al movimiento constante de los globos oculares bajo los párpados y aquí radica la diferencia con respecto a las anteriores fases. Recordaremos lo soñado si nos despertamos y hemos pasado por la fase REM, que se produce en el último tramo de la noche. -Fases del sueño: consecuencias Ahora bien, hay que tener en cuenta que no realizar y no alcanzar estas fases puede ser tan negativo como dormir poco. Es importante llevar a cabo los cinco ciclos al día, pero sobre todo, realizar la Fase III o etapa de transición o Fase IV, etapa de sueño profundo o sueño Delta ya que es donde segregamos la mayor cantidad de hormonas del crecimiento. En este caso, la melatonina es la que se encarga de estimular la secreción de estas hormonas. Cuando la producción de melatonina desciende puede ser el origen de trastornos del sueño, pero también del envejecimiento y de las enfermedades inflamatorias. Al disminuir la calidad del sueño nuestro funcionamiento diurno se deteriora, aumentando la falta de atención, concentración y obteniendo dificultades para retener información (pérdida de memoria). También se producen alteraciones en el estado de ánimo generando estrés, ansiedad e irritabilidad. En definitiva, las frecuencias del programa “Sueño equilibrado” es indispensable para cuidar nuestra calidad del sueño y para mantener una buena calidad de vida. Esto no excluye una cama con un buen colchón y almohadas que contribuyan a un buen descanso. Asi como los buenos hábitos y horarios alimenticios, cuando se tienen trastornos del sueño se debe corregir estos aspectos.